Mark Lanegan, una de las gargantas más privilegiadas que han surgido del movimiento Grunge, militando en un grupo tan imprescindible como los Screaming Trees.
En 1999, Lanegan, tras el cierre de actividades con su banda madre, aprovecha para editar Scraps At Midnight, lo que sería su tercer trabajo en solitario, un álbum que se aleja del Rock Alternativo y sonidos Grunge, para así centrarse en canciones de Rock acústico, de marcado carácter Folk.
Tras una preciosa portada, se esconden 10 canciones soberbias, de buen gusto melódico, en ocasiones enérgicas y desgarradoras, en otras, reposadas, preciosas y cautivadoras.
Scraps at Midnight tiene un genial comienzo, balo el título de Hospital Roll Call, que a modo de intro atormentada, lúgubre, intrigante, fascinante y con coletazos eléctricos, nos da la bienvenida y nos introduce a su mágico mundo. Le sigue Hotel, donde la profunda voz de Mark se adueña de la composición para dominarla a su antojo, en una interpretación magistral, llena de momentos escalofriantes, y que nos lleva hasta la preciada gema que es Stay, una canción más convencional y accesible, con un estribillo efectivo, lleno de sentimiento, donde Lanegan lo deja todo al servício del sentimiento más profundo, y en manos de su voz aguardentosa.
Bell Black Ocean es pausada, relajante y reconfortante, con arpegios de guitarra apoyados en unos sencillos y a su vez preciosos pianos, todo ello aderezado con una guitarra slide, que refuerzan el sentimiento de tristeza que refleja la canción. Pero lo que viene después, es a mi juicio el punto más alto del álbum, y es que es imposible permanecer impasible y frío ante las preciosas guitarras de Last One in The World y el canto desesperado de Lanegan, un tema francamente redondo, de esos que marcan una época y deberían mostrarse en los colegios, como ejemplo de lo que es mostrar emociones escalofriantes a través de la música. Hasta aquí la primera parte del disco, y sin un solo pero. Wheels da el pistoletazo de salida a la segunda mitad, y lo hace de forma pausada, para que volvamos a coger aire, y con poco acompañamiento instrumental, unos cuantos acordes de guitarra, un efectivo piano, baterías marcadas con escobillas y algunas líneas de saxo, convirtiéndola en una composición digna de ser presentada en un local de copas con música ligera en directo. Waiting on a Train nos devuelve al Lanegan más susurrante, mientras unas voces femeninas acompañan por momentos para dar más cuerpo y solidez a ciertas partes de la canción. Day and Night sigue con la tónica del anterior tema, pero esta vez Lanegan cuenta con el apoyo de unas suaves armónicas y las omnipresentes acústicas. En Praying Ground vuelven a aparecer esas baterías acariciadas por escobillas, en un corte quizás más musical y con menos presencia de voz, pausado, y con una química especial formada por guitarras y pianos.
Para el final, como despedida, Lanegan deja el tema más extenso, de más de 8 minutos, y tiene por título Because of This, donde nos sorprende con una sonoridad eléctrica, dejando atrás el poso acústico predominante en el álbum, centrándose en un sonido cercano al rock alternativo, por si alguien se había olvidado de donde procedía el bueno de Mark. Los minutos finales están compuestos por una amalgama de sonidos variopintos, creando un precioso caos sonoro.
Scraps at Midnight dio forma a la carrera de Mark Lanegan en solitario, cimentada por dos trabajos anteriores soberbios, sin embargo, aquí nos encontramos el golpe definitivo, donde perfilaría el sonido de álbumes que vendrían después, y que fortalecerían por completo el estatus del artista en solitario. También vendrían sus aportaciones a Queens of the Stone Age, pero eso es algo que hablaremos más adelante.
Mi puntuación: 9'25
Tracklist:
- Hospital Roll Call
- Hotel
- Stay
- Bell Black Ocean
- Last One in the World
- Wheels
- Waiting on a Train
- Day and Night
- Praying Ground
- Because of This
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