Kiss - Kiss (1974)



Formación del grupo en Kiss:
  • Paul Stanley (Voces, guitarras)
  • Ace Frehley (Guitarras)
  • Gene Simmons (Bajo, voces)
  • Peter Criss (Batería, voces)

Si hay que poner un ejemplo de grupo que ha sabido potenciar su imagen, además de utilizar magistralmente diversas técnicas de marketing, Kiss sería quizás el nombre que aparecería como primera opción. Muchos le acusan de ser una empresa, que lo es, pero muchas formaciones darían sus huesos por triunfar como ellos lo han hecho. También hay personas que se atreven a sentenciar que lograron éxitos por su imagen y no tanto por la calidad de su música. No voy a negar que los estadounidenses tienen una carrera irregular, pero también es cierto que la mayoría de obras publicadas en la década de los 70 son más que notables.  

La historia de los cuatro enmascarados comienza en Kiss, primera puesta de largo de la banda y uno de los mejores trabajos que han compuesto jamás. Un debut fantástico que alberga grandes canciones de hard rock propio de la época con elementos glam.

El álbum comienza con "Strutter", una de las mejores canciones del mismo, y también de toda la carrera del grupo. Las guitarras son muy ágiles, con riffs sencillos y solos incendiarios, la base rítmica se muestra efectiva y sin demasiados alardes, mientras las melodías vocales de Paul Stanley se resultan jugosas y agradables para el oído. "Nothin' to Lose" es un corte de ambiente más festivo, cantado a dúo por Gene Simmons y Peter Criss, con sus estribillos machacones y acertadas guitarras. Stanley vuelve a agarrar el micro para cantar "Firehouse", la cual se muestra más cruda que los anteriores temas. Aquí destaca sobre todo un bajo muy resultón. La agresividad (siempre entre comillas cuando hablamos de Kiss) de Gene Simmons a las voces, aparece en uno de los títulos imprescindibles de este debut. Sí, hablamos de "Cold Gin", una composición que brilla con luz propia y se erige como una de las estrellas más rutilantes de la primera época del grupo. Su seriedad contrasta con "Let Me Know", donde Stanley añade además su lado más desenfadado, gracias al ambiente festivo y las brillantes melodías que emanan de la canción.

La segunda parte del disco se inicia con "Kissin' Time", un corte resultón, sencillo y eficaz que es entonado por Simmons, Stanley y Criss, pero que palidece en resultado ante la siguiente "Deuce", un corte maravilloso que en la voz de Simmons adquiere ese halo demoníaco que solo él en el grupo sabía trasladar a las canciones. El estribillo es melódico, terminando además de forma brusca, como si Gene utilizase un hacha para cortar la palabra título. Magistral. Tras la instrumental  "Love Theme From Kiss" llega el turno de "100,000 Years", formidable en ejecución, resultando una composición potente y digna de formar parte en un álbum de tal calibre.
Para el final nos obsequian con "Black Diamond", un corte que comienza en formato acústico y con las voces de Stanley, pero que pronto explota en un riff eléctrico, mientras Peter Criss se encarga de cantar de forma rasgada y con gran emoción. Ace Frehley realiza una fantástica labor en las guitarras, sobre todo de la parte intermedia hasta el final, primero con un solo, y después con una ralentización paulatina sumamente intrigante.

Kiss fue la obra que marcó el pistoletazo de salida para una banda que con sus virtudes y defectos, ha escrito algunas de las páginas más sonada de la historia de la música rock. El álbum fue producido por Kennie Kerner y Richie Wans, aunque en todo momento respetaron la crudeza del sonido, no sé si de forma premeditada o no, pero lo cierto es que en el sonido radica parte de la grandeza del disco. Recordemos que Kiss ha obtenido el certificado de disco de oro por vender 500.000 copias, sin embargo tuvieron que esperar cerca de cuatro años para alcanzar esa cifra. Sea como fuere, aquí el talento estaba al servicio de las canciones, y muy por encima de cualquier aliciente visual.

Mi puntuación: 7'75






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