Elefantes - La primera luz del día (2018)


La primera luz del día. Así se titula el nuevo trabajo discográfico de la formación catalana Elefantes, y llega dos años después de su última referencia Nueve canciones de amor y una de esperanza.
Esperaba este nuevo trabajo con expectación, para qué negarlo, pues llevo siguiendo cada paso de la banda desde que debutaran en el año 1999 con El hombre pez. Desde aquel instante, Shuarma y los suyos comenzaron a llamar mi atención, no por nada, sino porque dentro del panorama pop rock nacional siempre me han parecido absolutamente diferenciales, con mucho más talento y potencial que la mayoría de grupos del estilo, aunque por el camino también ha hubo algún que otro alarmante bajón a nivel musical, además de un parón que pretendía ser definitivo, hasta que regresaron en 2014 con El Rinoceronte.  

El nuevo trabajo, producido por Santos y Fluren, posee un carácter conceptual, y es que todo él gira en torno a las emociones y a las decisiones que se pueden tomar durante las veinticuatro horas del día. En cuanto al sonido en sí, pienso que los catalanes han vuelto un poco a los momentos más brillantes de álbumes como Azul o La forma de mover tus manos. Hay mucho pop de aire sesentero, pero también rock y las características influencias del flamenco que en muchas ocasiones han sabido fusionar con destreza. 
Con todo ello, el álbum comienza con una homónima introducción instrumental, guiada por la guitarra de Hugo Toscano, la cual nos mete en el contexto musical y nos lleva hasta "Donde haya silencio", un tema luminoso, ambicioso y extremadamente ágil en su instrumentación. Posee la virtud, gracias a su sonoridad y melodías vocales, de llamar la atención desde las primeras escuchas. Buena noticia. Con "Mis sueños" nos adentramos de lleno en el pop rock de raíces sesentas y setentas. La batería de Jordi marca el ritmo con firmeza, pero es Shuarma quien acaba sobresaliendo por sus grandes líneas vocales. La composición gana con la inclusión de una sección de viento, pero no debemos perder de vista el bajo juguetón de Julio. En "Isabel" me recuerdan a la banda que alcanzó el cielo con los ya mencionados Azul y La forma de mover tus manos, sin duda sus mejores obras. Cuando fusionan el flamenco con el pop y el rock es cuando ganan muchos más enteros. Este corte es sin duda de los más logrados del álbum. Su ejecución es imponente, pues sin querer ser virtuosos destapan las mejores esencias musicales. En "Cada vez", el primer single, nos ofrecen algo más instantáneo, buscando una canción tarareable, de melodías frescas y nuevamente con la diana puesta en el pop rock de antaño. Consigue lo que propone con un mensaje esperanzador. Con "Alma" pisan el freno pero no reducen la intensidad. Su oscuridad es evidente y el tratamiento del sonido muy diferente al de gran parte del álbum. Aquí hay teclados y sintetizadores lúgubres, siendo estos los claros protagonistas.

"Dame la mano" es un pequeño corte que comienza con palmas y sirve de enlace con "Vuelo en avestruz", para mí uno de los puntos más altos del álbum. Con diversas piruetas vocales a cargo de Shuarma, una instrumentación fascinante, distintos tonos e intensidades, matices a desgranar, y un claro ejemplo de la pericia que poseen a la hora de fusionar su música con el flamenco, pues es junto a "Isabel" la más acentuada en ese sentido. "Loco" es un corte más rockero, aunque con unas guitarras nítidas que te atrapan, si bien es cierto que el estribillo me resulta algo flojo por cuestiones de repetición. Sin embargo, eso parece arreglarse con "Quiero", corte tremendamente amable, muy bien cuidado, con arreglos de vientos que potencian su resultado final, y unas melodías vocales tremendamente pegadizas. "Al oscurecer" es un precioso tema que poco a poco va ganando en intensidad. Aquí sobresalen los pianos, hasta que se van incorporando nuevos instrumentos, los cuales terminan por provocar una explosión final maravillosa. El cierre corre a cargo de "La primera luz del nuevo día" que, como el tema inicial, es una instrumental donde las guitarras de Hugo son protagonistas. En esta ocasión, con un halo todavía más mágico gracias al tratamiento del sonido de su instrumento.    

Después de haber escuchado el álbum como una decena de veces, puedo afirmar que Elefantes han recuperado su mejor versión. Lejos de anodinos álbumes como Somos nubes blancas y Nueve canciones de amor y una de esperanza, La primera luz del día se posiciona en el podio junto a los entonados trabajos ya mencionados a lo largo de la reseña. Eso es mucho decir, y se agradece que hayan recuperado la inspiración para no dar la extraña sensación de poder dar mucho más de sí. Este nuevo disco es diverso y ofrece todas las manifestaciones musicales de la banda hasta la fecha, pero lo hacen con el gran talento que realmente atesoran. Gracias a ello, vuelvo a creer en una banda que en su anterior álbum, salvo por puntuales momentos, me había defraudado profundamente. 

Mi puntuación: 7,75

Participaron en La primera luz del día:
  • Shuarma (Voces)
  • Hugo Toscano (Guitarras)
  • Julio Cascán (Bajo)
  • Jordi Ramiro (Batería)
  • Florenci Ferrer (Teclados)
  • Roger Conesa (Saxo tenor)
  • Iván Sáez (Saxo barítono)
  • Samuel García (Trompeta y violín)
Tracklist
  1. La primera luz del día
  2. Donde haya silencio
  3. Mis sueños
  4. Isabel
  5. Cada vez
  6. Alma
  7. Dame la mano
  8. Vuelo en avestruz
  9. Loco
  10. Quiero
  11. Al oscurecer
  12. La primera luz del nuevo día



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