David Bowie - Station to Station (1976)


Station To Station supone la creación de "The Thin White Duke", pero también un punto de inflexión en la carrera de David Bowie, traduciéndose en ciertas innovaciones que afectan incluso a su manera de trabajar y componer, siendo totalmente diferente a lo que había realizado previamente. Bien es cierto que en Young Americans nos había ofrecido dosis de soul y funk, rompiendo por completo sus tendencias glam y su poderosa combinación entre el pop y el rock de Diamond Dogs, pero en el álbum que nos ocupa, el riesgo y la implicación a la hora de mostrar ese cambio es mucho más acentuado. Incluso mucho más frío, aunque también más cautivador. 
Eran días en los que Bowie abusaba de la cocaína, y en parte hizo que dejara de tener contacto con la realidad, fomentando una visión totalmente desenfocada en la que mostraría ciertos intereses por la imaginería nazi, algo que más adelante se encargaría de señalar que fue fruto precisamente de aquellos abusos, y que en ningún caso sentía simpatía por todo aquello. También ha asegurado que no recuerda absolutamente nada de la grabación de este trabajo.
Todo ello formó parte del personaje que aquí encarna, muy totalitario y frío, pero también elegante y muy poético. El propio artista también reconoció años más tarde que el alter ego que aquí representaba era sumamente agotador, desagradable; y que le acarreó demasiados problemas por culpa de ciertas malinterpretaciones por parte de los medios. Sea como fuere, no dejaba de ser una representación artística que por momentos fue llevada demasiado lejos, bien es cierto que es lo que guió al artista a terrenos que antes no había explorado.

Días antes de la configuración y grabación del álbum hicieron unas cuantas sesiones previas en los propios Cherokee Studios de Los Ángeles, aunque aseguraron que era para experimentar, para liberarse musicalmente hablando, nunca para preparar material. Es decir, que para cuando entró en el estudio de grabación, David y su equipo no tenían una idea musical sobre la que partir a excepción de "Golden Years", y ahí radica una de las mayores diferencias con respecto a sus álbumes previos, cuando sí trabajaba sobre cierto material ya preparado para la ocasión. Una vez llegado el momento, el británico dijo a sus músicos que la experimentación sería la base del nuevo trabajo, y en base a ello comenzaron a darle forma al disco. Ésta al menos es la versión de Roy Carr y Charles Murray, editores del New Musical Express, aunque también ha sido confirmado por Paul Trynka, autor de la biografía de David Bowie llamada "Starman".

A pesar de su evidente estado manipulado por sustancias prohibidas, sus compañeros de grabación reconocían que sorprendentemente tenía todo bastante controlado, al menos en el terreno musical y en la elaboración de los textos.

La canción homónima y principal vehículo conductor de la obra ofrece el grueso de las ideas obtenidas en el estudio. Una composición de más de 10 minutos que se inicia con el sonido de una locomotora, para acabar dando paso a unos minutos intrigantes con marcado carácter progresivo. Guitarras dejando detalles vistosos, unas ayudando a llevar el ritmo, otras desmarcándose para ofrecer diferentes detalles sonoros, mientras la base rítmica se muestra sofisticada, elegante y muy acentuada, allanando así el camino hasta que Bowie aparece en escena con sus textos y sugerentes melodías vocales. Este tema posee una amalgama de letras bastante peculiares, mezclando referencias cristianas y judías, además de cierto ocultismo basándose en algunos libros de poesía de Crowley. 
Llegando a la parte intermedia, el ritmo se acelera para ofrecernos una exhibición sudorosa de funk, soul, rock y elementos que después serían clave para entender la trilogía berlinesa que publicaría posteriormente bajo los títulos Low, Heroes y Lodger.
A Carlos Alomar le entusiasmaba la idea de la experimentación y la improvisación. En aquel momento afirmaba estar escuchando mucho a los Jethro Tull, y es por ello que no paraba de utilizar diferentes trucos y pruebas para mostrar a Bowie.  

Tras tal majestuoso comienzo llega el momento de "Golden Years", una composición que fue pulida y modificada para el álbum en los propios estudios de grabación. Bowie la escribió en su momento para Elvis, pero fue rechazada por el artista. Hablamos del primer sencillo, y se trata de un funk extraordinariamente llamativo a la par que sobrio en su interpretación vocal. Quizás fruto de uno de los pocos momentos en los que el artista principal se permitía un descanso para poner los pies en el suelo y dejar de lado los momentos en los que aquello se convertía en una tormenta de cocaína.

"Word On A Wing"es una preciosa composición donde los pianos cobran mucho protagonismo. La interpretación vocal es maravillosa y los textos poseen multitud de interpretaciones. Lo que está claro es que aquí David abraza la espiritualidad y parece una llamada de auxilio a ese Dios en el que cree que debe apoyarse. "TVC15" aparece en escena de manera desafiante, con potencia y con un gran sentido melódico, acrecentado por excitantes coros. Cierto, es muy machacona y repetitiva, pero no le resta ni un ápice de interés, sobre todo teniendo en cuenta sus delirantes textos.

Con "Stay" tocamos de lleno el funk más excitante, dirigido por guitarras que crean texturas apasionantes, pero también desarrolladas bajo la improvisación más alocada. Carlos Alomar decía que fue conferida en uno de los momentos máximos en cuanto a consumo de cocaína. Sea como fuere, la composición es brillante, y bajo mi punto de vista, uno de los puntos altos del álbum. Esa locura contrasta con "Wild Is The Wind", único corte que no está escrito por Bowie, y que fue elegida por el artista tras conocer a Nina Simone, artista encargada de cantarla para su álbum Wild Is The Wind, y cuyos autores son Ned Washington y Dimitri Tiomkin. La versión de Bowie fue alabada por su magnífica interpretación vocal dentro de un ambiente de hermosa calma.

Station to Station es quizás de todas sus grandes obras el título más infravalorado, en parte por ser un nexo entre Young Americans y la trilogía berlinesa que vendría después. Sin embargo, muchos aseguran que este disco es muchísimo más importante de lo que se presupone. Nos adentra en una música sofisticada y elaborada, ciertamente fría por la figura del su álter ego creado para la ocasión, pero cálida en cuanto a su abrigo sonoro. El propio Brian Eno, quien sería una figura relevante poco después en la carrera musical de Bowie, no ha parado de elogiar la obra y de señalar que es capital en el devenir de la propuesta artística del británico.

Mi puntuación: 8'75

Músicos participantes en Station to Station:
  • David Bowie (Voces, guitarras y saxofón)
  • Carlos Alomar (Guitarras)
  • Earl Slick (Guitarras)
  • George Murray (Bajo)
  • Dennis Davis (Baterías)
  • Roy Bittan (Piano)
  • Warren Peace "Geoff MacCormack" (Coros)
Tracklist
  1. Station To Station
  2. Golden Years
  3. Word On A Wing
  4. TVC 15
  5. Stay
  6. Wild Is The Wind







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